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viernes, 29 de mayo de 2009

Abrir la puerta...


... para ir a jugar!

Retomando aquello de la importancia del juego en el abordaje de niños... hay algunos aspectos indispensables a considerar...
-Salvo contadas ocasiones, no se trata solamente de ofrecer una situación lúdicra, donde el fonoaudiólogo propone y favorece, "jugando" el rol de observador no implicado en el juego...
La actitud del terapeuta, necesariamente, para ser eficaz debe ser la de un activo compañero de juegos, absoluta y totalmente involucrado, y cuando digo totalmente, me refiero específicamente a la implicación corporal.


"Todo especialista, sea cual fuere su disciplina, tiene en la tarea educativa-reeducativa,un compromiso y una implicación corporal en la que se expresa toda su persona:su forma de mirar, sus gestos, su presencia, su forma de vestirse, de desplazarse, etc., es lo primero que el niño observa, percibe, y esto incidirá en la calidad del vínculo y de todo el proceso...
La presencia y actitud corporal, hacen al "cómo" más que al "qué" se trasmite,subrayando a veces y contradiciendo otras, el mensaje de los contenidos.
El cuerpo-del niño, del educador- está siempre incluído en todo acto diagnóstico, educativo o terapéutico; la cuestión es verlo, aceptarlo en toda su dimensión y no escotomizarlo" (A. Eidelberg/N.Teller: El cuerpo en la Educación)


-Ahora bien, somos capaces de darnos permiso para ir a jugar?... Esta es una reflexión posible y necesaria para quienes elegimos hacer de nuestra vida una permanente "vía de cambio"con los niños : redescubrir el juego y con él la alegría y el placer de volver a ser nuevamente aquellos "locos bajitos". Con esa intención...


"¿Quien no recuerda el..."dale que..." de nuestra infancia?
Podía aparecer durante una aburrida tarde de lluvia, en el encuentro sorpresivo con los primos lejanos …o con los amigos de la cuadra. Quizás se producía en el preciso y pasajero armisticio establecido con los hermanos, aunque tambien... ¡surgía si estábamos a solas!, sin otra compañía que nuestra capacidad de imaginar y re-presentar otras vidas posibles...
El "dale que..." aparecía siempre.
Maravillosamente cómplice, era la varita mágica que lo cambiaba todo: la plaza ya no era la plaza, ni el living de casa era eso que llamamos living, ni las sillas, ni los vasos, ni la gente, ni las muñecas, las cajas, los autitos, los palos de escoba... Nada era lo mismo.!!!!!!! Ni siquiera nosotros. Sobre todo, nosotros!!!!!!.
"Dale que eramos bailarinas?", y aparecíamos vestidas con tutú, en el teatro ...
"Dale que yo soy la bruja de Tercero y vos sos la Directora?", proponía alguien durante el recreo largo, en el patio de la escuela...
"Dale que aquí había un mar, y allá un castillo y por aquí pasaba el príncipe?"
Nadie nos dijo entonces que estábamos aprendiendo a vivir... pero así era...

...En el dominio del "dale que.." los locos bajitos pueden ser grandes y poderosos, lindos y buenos, mostruosos y malignos. Pueden ser absolutamente cualquier cosa que necesiten.
Y sucede que nosotros fuimos esos locos bajitos. Hubo alguna vez en que fuimos tan sabios y tan libres como para transitar nuestro propio delirio y encontrar allí la clave para volver a este mundo un poco más aliviados y completos. Mirémonos ahora. ¿En qué momento se nos cerró la puerta por donde salíamos para ir a jugar?... Diversiones compulsivas y regladas no faltan, lo que nos está faltando es el juego para nada, el juego porque si... patear una piedrita, reírnos de nuestras miserias, creernos Batman y también el Guasón...

...Y áhí si que los chicos tienen mucho para enseñarnos: aman la carcajada, los chistes pavotes, el morirse de risa... Saben, -y pueden enseñarnos- como ser un poco tontos y un poco locos...total ..
¡!! es de mentiritas!!!!... " (Norma Osnajanski -Revista "Uno Mismo" I/90- )

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